Si tu objetivo es dejar atrás a los antiguos jefes y convertirte en un verdadero líder de grupo, aquí te dejamos un par de consejos para tener en cuenta.
Guía con el ejemplo: Porque actuar es mucho más que
hablar. Enséñale a tu equipo de trabajo y colaboradores que eres el
primero en hacer las cosas que dices. ¡Predica con el ejemplo!
Humildad: Deja
la soberbia de lado. Trata de escuchar siempre lo que tus colaboradores
tienen que decir y entrégales tribuna para que hablen, se expresen y
den sus opiniones.
Comunicación: Habla con claridad y sin tapujos, pero con respeto. Una de las cosas importantes en un líder es ser escuchado, pero también entendido. Sé claro y preciso sin abusar de palabras rimbombantes para hacerte notar.
Juntas productivas: Aprovecha tu tiempo y el de los demás. No hagas reuniones que no sean productivas y solo júntate con tu equipo cuando sea necesario.
Establece tus límites: Importantísimo. Si bien puedes ser el líder simpático y comprensivo, no dejes que abusen de tu confianza. A veces, el exceso de cercanía y relaciones con tus colaboradores puede traer algún malentendido.
Aconséjate: Como buen líder, necesitarás de un mentor. Aconséjate de alguien que creas que te lleva por el camino que estás construyendo y pídele ayuda cuando sea necesario. ¡Todos lo necesitamos!
Respeta las emociones: Aunque muchos digan lo contrario, las emociones se mezclarán muchas veces con tu trabajo y la empatía te ayudará a comprender mejor las diferentes situaciones que se te presenten.
Aprende de tus errores: Sé consciente de los yerros que cometas y aprende de ellos. Lo mejor que puedes transmitir es que no te tropiezas dos veces con la misma piedra.
Mira hacia atrás: La Historia tiene mucho que contarnos y los fracasos y éxitos nos pueden ayudar a entender los porqués de las cosas.
Lee y aprende: Nadie lo sabe todo y siempre será importante estar actualizándote en tus materias abriéndote a nuevos desafíos e ideas de tus colaboradores.